DOS POSICIONES MEDIOAMBIENTALISTAS EN TORNO AL AGUA EN EL SIGLO XXI:
¿EL SIGLO DE LA RECONSTRUCCIÓN Y DEL DESARROLLO SUSTENTABLE?
O ¿EL SIGLO DE CRISIS Y DE LA GUERRA?
Según Tortolero
[1], el siglo XXI, debe ser de la RECONSTRUCCIÓN Y DEL DESARROLLO SUSTENTABLE, no el siglo de la CRISIS NI DE LA GUERRA. Coherente con su propuesta, señala:
Algunos de los cambios más importantes dados hasta el siglo XXI, son que el agua se convirtió de un bien libre a un bien económico y que la antigua hidráulica pasó a la gran hidráulica que implica relaciones sociales capitalistas, tecnología del acero y del cemento, grandes inversiones para construir presas y el uso de artefactos…
Todo lo anterior ha transformado los espacios y el uso del agua y han aumentado los usos no agrícolas, entre otros, su embotellamiento y empleo en negocios de baños termales en los países desarrollados y su empleo en la industria refresquera y en el negocio de embotellar el agua.
Por lo cual se ha convertido en un bien escaso y bastante codiciado.
México según el autor, es el segundo consumidor de coca cola y únicamente usa el 15% de sus aguas y es un país en el que llueve mucho, por lo cual habría que buscar mecanismos para utilizar el agua de lluvia. Para regular la participación de las comunidades, crea el Consejo de la Cuenca de Hidrográfica.
Históricamente en torno al agua se localizan dos posiciones: a) La que implicaba una cultura del agua, sustentada por indígenas y campesinos, quienes entendían su valor y por ello la apreciaban y cuidaban. En su momento Adrián de Boot y Nabor Carrillo, se identificaron con la posición. b) La que se impuso, traída por los españoles e impuesta por los modelos de desarrollo seguidos en el siglo XX y que en la actualidad promueven la privatización del recurso.
Ante la situación, algunas alternativas son:
Captación y almacenamiento.
Reciclamiento de aguas residuales
Construcción de la “Casa del Agua”, que implica ahorro y conservación.
Incorporación de técnicas como: medidores domésticos, excusados secos y de bajo consumo; filtros de reciclaje de aguas jabonosas, cisternas domésticas hechas de barro.
Incorporación de la participación de los usuarios, ejemplos: Tehuacán y Huatulco.
Continuar con políticas de recuperación como se está haciendo con lo que queda en los lagos de Texcoco (Nabor Carrillo) (1971), Xochimilco (1989) y Chapala.
Detener el hundimiento de la Ciudad de México, provocado por la perforación de pozos.
Continuar con acciones y medidas como: Cierre de la refinería y de los tiraderos (Santa Fé y Santa Cruz)
Las 27 plantas residuales instaladas, etc.
Faltan: políticas de reuso; mejorar sistemas y conducción de hidrocarburos; detener las fugas; incrementar la red de estaciones de monitoreo y purificación; captar agua de lluvia a través de drenajes separados… Propone revisar el modelo de desarrollo para que incluya principios sustentables
[2].
Por todo lo anterior debe promoverse que el SIGLO XXI, sea el SIGLO DE LA RECONSTRUCCIÓN Y DEL DESARROLLO SUSTENTABLE y no EL SIGLO DE LA CRISIS Y DE LA GUERRA.
EL SIGLO XXI DE LA CRISIS Y DE LA GUERRA
El vicepresidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, señaló: “la próxima guerra mundial será por el agua”
[3]
¿Amenaza?... ¿Por qué?, ¿para generar actitudes y acciones de temor y de repliegue de los países poseedores de agua?... ¿para qué?... ¿se acepten sus políticas? ¿interlocutor de empresas transnacionales, bancos, organizaciones que controlan el mundo?...
En este sentido, los especialistas que han estudiado lo relativo al agua, energéticos, biocombustibles y recursos hoy estratégicos, han acudido a la historia para ubicar por qué y cómo llegamos a los problemas actuales: escasez precisamente en los lugares más ricos en agua y dueños de estos recursos y despilfarro en el otro extremo: países desarrollados, clases y empresas capitalistas.
Efectos en lo económico: pobreza y pobreza extrema de un lado y del otro riqueza y riqueza extrema. En lo político: concentración del poder, abuso, imposición y corrupción y violencia institucional para mantener el control; en lo ideológico: medios de difusión y educación tergiversando la información.
Algunos al analizar los antecedentes, ubican que en la distribución, uso y consumo del agua hay elementos de clase, pues muchos de sus legítimos propietarios han sido subyugados en el pasado, pero en la actualidad también. Se han usado métodos extrajurídicos, políticos y fraudulentos para arrebatarles tierras y aguas (recursos). Propaganda y mercadotecnia, crean necesidades y gustos para manipular el consumo del negocio más lucrativo: refrescos y agua embotellada.
Instituciones educativas como la UNAM, UAM, tienen amplios estudios sobre el agua y han realizado aportaciones que valen la pena consultar: Andrés Barreda, de la facultad de Economía; Saxe Fernández y Gian Carlo Delgado del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM; Silvia Ribeiro, (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración y Organizaciones) Carmelo Ruiz Marrero (Grupo de Economía Ecológica de México GEEM) o Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop).
Los consumos actuales de agua dulce responden a la modalidad del desarrollo depredador del capitalismo, v.gr, cada 20 años su consumo se duplica; más de dos veces que el ritmo de crecimiento de la población mundial. Mucho de ese consumo se pierde en fugas, pero a diferencia de la imagen popularizada, el consumo humano directo corresponde únicamente al 10% del tipo de uso de agua dulce, pues el 25% lo consumen las actividades industriales y del 65 al 70% se le retribuye a las actividades agrícolas, éstas últimas, lo gestionan las agroindustrias, por lo cual las actividades industriales son altamente depredadoras de agua, por ejemplo la industria automotriz en promedio requiere de 400 mil litros de agua para fabricar un automóvil. En electroinformática se usan miles de litros de agua desionizada para la fabricación de procesadores y en la explotación de las reservas de petróleo no convencionales, como las arenas bituminosas de Canadá, se requieren de 9 barriles de agua para extraer 1 de petróleo. Ante el incremento de las necesidades de consumo de la industria y los grandes centros metropolitanos, se ha intentando sobrellevar esa creciente escasez a costa del saqueo de múltiples fuentes, todo lo cual se agrava a partir de la crisis económica de Estados Unidos.
Y… ¿qué pasa con el agua que consume una parte –por cierto pequeña- de ese 10% que no tiene como gestionadora a las agroindustrias?, sólo voy a retomar una noticia del periódico al azar, la escribieron Gabriela Romero y Rocío González en la sección Capital de “La Jornada” p. 38 el jueves 7 de agosto de 2008: “…Por unanimidad la Comisión de Gestión Integral del Agua de la Asamblea Legislativa del D.F. (ALDF) aprobó reformas a la Ley de Aguas Local, en las que se faculta al Sistema de Aguas de la Ciudad de México SACM a restringir el servicio del líquido a quienes omitan el pago de dos bimestres en forma consecutiva o alternada, o reincidan en declarar consumos menores a los determinados por la autoridad”…
MI PUNTO DE VISTA SOBRE EL SIGLO XXI:
La cuestión del agua, es un asunto estratégico, geoeconómico y geopolítico. Ante las amenazas de apropiación, puede convertirse en una cuestión de seguridad nacional y un riesgo a la soberanía nacional.
Sus antecedentes en el corto plazo se encuentran en las políticas neoliberales y la globalización, que desde los años 80 sustituyen las políticas proteccionistas y tienen tres momentos importantes:
1) “Sus antecedentes se ubican después de la 2ª G. M., EE.UU y sus principales aliados europeos consideraron improcedente mantener el tipo de colonialismo político del sistema económico internacional previo a la guerra, por ello lo sustituyen por otro que permitiese continuar con el control y la explotación imperialista de los recursos naturales, la fuerza de trabajo y los mercados de las áreas periféricas del capitalismo”[4].
2) La estrategia para hacerlo, será inducir el endeudamiento de los países periféricos, para posteriormente negociar el pago y sus intereses, la llamada “crisis de la deuda de 1982” y de esa manera avanzar en el traspaso a la iniciativa privada de los sectores estratégicos nacionales fundamentales.
El BM proporciona préstamos que él va a evaluar, controlar y vigilar. En 8 años en México, de 1982 a 1990 los préstamos del BM fueron de más de 11 500 millones de dólares (World Bank, “Report of the Trade Finance and Industey Division.) y toda la burocracia (ministerios, secretarias de estado, direcciones y subdirecciones, empleados públicos y muchos privados) establece relación directa o indirecta con el Banco Mundial y realiza funciones de evaluación y supervisión o de control o vigilancia. Según James Petras son como un gobierno paralelo o “cogobiernos”, todo lo cual genera como efecto: la desnacionalización[5].
3) Los préstamos en el área de política comercial van a ser usados para impulsar el proceso de integración con E.U. por medio de un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y para garantizar el cumplimiento de los lineamientos macroeconómicos se firman las Cartas de Intención con el FMI. En América Latina sucede lo mismo al impulsar el ALCA Área de Libre Comercio de las Américas.
En México los préstamos alcanzaron 1000 millones de dólares, se usaron para promover la agenda comercial de Washington dentro del gobierno mexicano, en 1998 se suprimieron 4 900 fracciones arancelarias y se eliminaron licencias de exportación[6].
Así encontramos que el terreno para hacer avanzar en la política de desnacionalización y privatizaciones estaba dado, por lo que el neoliberalismo y la globalización son el umbral de esta situación, como dice Héctor Díaz Polanco, la “llamada globalización es en realidad un proyecto político claramente diseñado desde el poder, que permite a sus detentadores usar las posiciones preeminentes en los países centrales y en los periféricos así como en los organismos financieros internacionales, para imponer políticas y apoderarse de la riqueza, incluyendo el uso de los Estados-Nación”[7].
Esta política utiliza al Estado nación, define el sentido y comportamiento de los mercados. Son estos poderosos grupos de interés, con sus fines humanos y contingentes, los que deciden, proyectan y aplican las estrategias del capital. Lo anterior explica lo que hay detrás del petróleo, agua y demás recursos naturales, este tipo de gobierno representa a los intereses colonialistas, no a los nacionalistas, por ello promueve legislaciones laxas o inexistentes, pues son cómplices del saqueo de la biodiversidad.
Para cambiar ese estado de cosas requerimos gobernantes comprometidos con una visión de Estado que mire el futuro de la nación y establezca una política pública para proteger tierras, litorales, recursos, población, etc. Para lograr eso es importante fortalecer el Nacionalismo, que el pueblo se organice y mantenga la defensa de los intereses colectivos, los especialistas preparados y conocedores de los procesos, estén dispuestos a expresar y difundir el conocimiento y todos, luchar codo con codo.
El otro nivel, el cotidiano, exige toma de conciencia, para lograrla requerimos conocer, estudiar, informarnos, asumir un compromiso de cuidar agua, aire, suelo, flora, fauna y demás recursos. Los únicos que seremos capaces de defenderlos, somos aquellos que los requerimos y amamos, fundamentalmente porque constituyen y han constituido nuestro hábitat. Esta riqueza pertenece a los que nacimos aquí, y ante los peligros que nos acechan debemos no sólo capacitarnos para defenderlos, sino comenzar por asumir en lo individual conductas de respeto a la naturaleza, de cuidado, de protección, de ahorro, de prevención, de conservación. A eso es a lo que en general se le llama sustentabilidad.
RUPTURAS Y CONTINUIDADES:
Algunos efectos del “industrialismo” del siglo XX en la ciudad de México, fueron entre otros: inmigración masiva del campo a la urbe; crecimiento de la ciudad de México y ampliación de sus alrededores: Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) e integración de ciudades periféricas como Coyoacán, Tlalpan y Xochimilco. El conglomerado urbano establecido en ella fue de 700 000 en 1920; 18 000 000 en 1988 y 22 000 000 en la actualidad. El abastecimiento y los servicios para esa cantidad de población se volvió un problema, en lo que al agua corresponde, para consumidores domésticos, se entubó para llevarla dentro de las casas; a nivel local, se construyó el sistema de drenaje profundo para eliminar la torrencial escorrentía del asfalto y el concreto, y ¿resultados? se terminó de acabar con los lechos antiguos de los lagos, y se hizo más grave el hundimiento de la ciudad[8].
El modelo de desarrollo industrializador, se planeó a costa del campo, generando una hipertrofia difícil de superar, pues al privilegiarse el desarrollo de las urbes se aceleró y se hizo una constante, el abandono del campo por sus ancestrales pobladores, (proceso de proletarización, necesario para la producción y reproducción del capital) quienes aspiraban a mejorar sus condiciones de vida y en las ciudades llegaron a poblar casi siempre los alrededores o las zonas suburbanas de ellas.
Esta política estatal fue sostén del priísmo, en el reparto del agua para el campo, a algunas zonas, les dio irrigación privilegiada y así fortaleció y subsidió su productividad, avanzó en la centralización y control y al mismo tiempo favoreció la alianza con algunas élites rurales y por otro abandonó a aquellas en donde había oposición o en ese momento no representaban interés, provocando pobreza y rezago.
A lo largo de algunas décadas se mantiene esa situación, al hacerse crisis, se recurre al endeudamiento y cuando la situación nacional e internacional estalla, se propone resolverla con la venta de las empresas paraestatales adquiridas durante el auge. Jamás se entregan cuentas claras del dinero de esas ventas, ni tampoco lo invierten para impulsar la economía nacional o crear empleos, sino que a través de un abierto “enriquecimiento ilegítimo” se benefician de manera personal y se acomodan dentro de las nuevas élites que apoyan un nuevo modelo de desarrollo: el neoliberalismo.
Se debilita paulatinamente al Estado (adelgaza) para promover con mayor libertad de acción la entrada al capital más fuerte nacional y extranjero, se reducen las posibilidades de gestión del Estado y se avanza hacia ajustes legislativos para también avanzar en la privatización de las tierras ejidales y comunales, la estrategia: permitir que sus poseedores las vendan.
En esas condiciones se da la apertura de nuestra frontera en condiciones de absoluta inequidad, pues el vecino, es la nación más poderosa del mundo y México carece de toda infraestructura propia, además tiene una costosa deuda. Se firma el TLC, que consuma la dependencia actual de nuestro país y legaliza la privatización de sus recursos naturales.
La pobreza crece, se deterioran las condiciones de vida, aumenta la oposición y las mayorías reclaman cambios, el partido gobernante negocia la alternancia en el poder, es sustituido por un representante de la empresa privada; quien promueve el Plan Puebla Panamá como mecanismo para que los EE.UU. avancen en su proyecto de apropiación de las principales fuentes de agua, ríos, presas, hidrocarburos y demás recursos naturales de México y Centroamérica, para continuar hacia el sur del continente.
El pez grande se come al chico… a nivel planetario, continental, estatal, regional, local. ¿Cuál es el límite? ¿Qué nos corresponde hacer a cada uno de nosotros en forma individual? ¿y… ante el calentamiento global del planeta?...¿cuáles serán las alternativas?... ¿Cuál es el futuro inmediato y mediato de la ciudad de México?... ¿De México como nación?... ¿de los mexicanos?... ¿de América Latina?... ¿La respuesta?... ¿la solución?... ¿quién la tiene?... Te invito a la reflexión y al debate…
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[1] Alejandro Tortolero Villaseñor. El agua y su Historia. 143-156.
[2] Un principio sustentable sería aprovechar la disponibilidad de agua para el desarrollo del país y de sus connacionales, según datos de INEGI, en México existe una disponibilidad natural promedio de 469 millones 199 mil km3 de agua al año, que lo ubica como uno de los países con disponibilidad media de agua. La región con más agua es la de la frontera sur, con una disponibilidad de 155 millones 938 mil km3 y una extracción de 1 millón 553 mil km3… en 2001 la disponibilidad natural de agua/hab. en el país fue de 4 mil 685 m3 anuales. La menor disponibilidad per cápita (190 m3/hab) se registró en la región del Valle de México: Z.M.C.M; en contraste, la mayor disponibilidad se ubicó en Chiapas (25 mil 843 m3/hab), donde la precipitación es más abundante y la densidad de población no es tan alta. Gian Carlo Delgado. Agua y Seguridad Nacional. P.111.
[3] La revista Fortune Magazine, mayo 2000, EUA, publicó: “… el agua promete ser en el siglo XXI, lo que el petróleo lo fue en el siglo XX: una preciada mercancía que determina la riqueza de las naciones”. Gian Carlo Delgado Ramos. Agua: usos y abusos. La hidroelectricidad en Mesoamérica. p.18.
[4] Saxe Fernández y Gian Carlo. Imperialismo y Banco Mundial en América Latina. Cuba. 2004.Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinelo. p.13.
[5] Ibidem. p.19 .
[6] Ibidem. Pp. 20-21.
[7] Díaz Polanco, Héctor. Renovación de la crítica en la era de la globalización. Revista Memoria # 156.México. p.59.
[8] Ezcurra. Pp.49-50.